Antonio Garzón: “no existe una dieta universal válida, pero si una dieta perfecta para cada metabolismo”

El experto en Nutrición y Dietética intervino en el Curso ‘Nutrición: sin tiempo para dietas’, que se celebra en Centro Cultural Maspalomas


“No existe una dieta universal válida para todos, sino más bien una ‘dieta perfecta’ para cada metabolismo individual y para cada momento de la vida”, manifestó Antonio Garzón Beckmann, experto en Nutrición y Dietética, en el curso ‘Nutrición: sin tiempo para dietas’ de la XXXIII Universidad de Verano de Maspalomas.

 

En su conferencia ‘En busca de la dieta ideal’, Antonio Garzón explicó un sencillo algoritmo para que cada persona diseñe el camino hacia su ‘dieta perfecta y personalizada’, partiendo de la base de la nueva ‘Dieta Mediterránea’, se puede adaptar a las necesidades personales, en diferentes pasos, con la consideración y prevención de determinadas patologías, donde se tratará con especial atención el azúcar (picos de glucosa), el nivel de vegetalización de la dieta y la optimización del horario de las comidas, acorde con el ‘reloj biológico interno’ de cada  metabolismo, ajustándola en cada etapa de la vida y considerando determinadas características ‘antiaging’ para conseguir un envejecimiento saludable.

 

En su segunda conferencia, ‘Evolución de las dietas: desde las dietas clásicas hasta los conceptos de nueva generación’, Antonio Garzón ofreció distintos enfoques nutricionales y su impacto en la salud, desde la dieta Atkins o Dukan, hasta las flexitarianas y el ayuno intermitente, así como las dietas de índice glucémico, dietas alcalinas, dieta Paleo, la nueva Dieta Mediterránea, plato de Harvard, dietas vegetarianas, veganas y flexitarianas, plato ecosostenible y las dietas clasificadas como ‘antiaging’.

 

 Antonio Garzón Beckmann afirmó que “una adecuada nutrición, junto a la actividad física, el descanso y otros hábitos, contribuye a retrasar e, incluso revertir, los procesos de envejecimiento”.  En su conferencia, ‘Nutrición Antiaging: más allá de las zonas azules’, Garzón dio a conocer las características que debe tener una dieta para que pueda considerarse ‘antiaging’ y expuso algunas claves nutricionales para potenciar la longevidad.

 

Garzón puso como ejemplo las dietas que llevan a cabo los residentes en las llamadas ‘zonas azules’, además de dieta Valter Longo (llamada  dieta de la longevidad’) o  las características de Hiromi Shinja (la enzima prodigiosa’), para, posteriormente, desmenuzar una docena de procesos concretos relacionados con el antiaging, como la glicación, oxidación o la disminución de la longitud de los telómeros, además de concretar  ingredientes, dietas y hábitos que ralenticen cada uno de esos procesos para potenciar un  envejecimiento saludable

 

En su primera intervención, la experta en nutrición y dietética, Roser López Sánchez, bajo el título ‘Alimentación con sentido: claves nutricionales en cada etapa de la vida’, abordó las claves de una alimentación saludable adaptada a cada etapa de la vida, desde la gestación, hasta la edad joven y adulta. Su enfoque, basado en la evidencia científica, propone “entender a la nutrición no como un modelo único e invariable, sino como una herramienta dinámica capaz de prevenir enfermedades y promover el bienestar”.

 

Durante la ponencia, analizó momentos críticos como la infancia, la adolescencia, el embarazo o la lactancia, y explicó de qué manera, una correcta alimentación influye en el desarrollo físico y cognitivo, pero también condiciona la futura salud metabólica de cada persona.

 

Roser López Sánchez, en su segunda intervención bajo el título ‘Más allá del cambio: nutrición y fuerza en menopausia y envejecimiento saludable’. destacó que “el envejecimiento puede ser una etapa de plenitud, si se vive desde el conocimiento y el autocuidado”. La experta en nutrición destacó que la alimentación y el ejercicio de fuerza pueden convertirse en herramientas clave para mejorar la calidad de vida de las mujeres, a partir de los 40 años.

 

Roser López explicó cómo adaptar la dieta a las nuevas necesidades hormonales, metabólicas y musculares de cada etapa, priorizando a las proteínas de calidad, la fibra, el omega‑3 y los micronutrientes, como la vitamina D o el magnesio. Además, habló de la importancia del entrenamiento de fuerza, “no solo para prevenir enfermedades como la osteoporosis, la diabetes tipo 2 o el deterioro cognitivo, sino también como herramienta para ganar confianza, funcionalidad y bienestar emocional”.